VINOS ARGENTINOS DAN PELEA A CHILE EN LOS MERCADOS EXTERNOS
LAS EXPORTACIONES LOCALES HACIA MERCADOS CLAVE, COMO EEUU, ESTÁN SUPERANDO A LAS CHILENAS. BUENAS PERSPECTIVAS EN RELACIÓN A LA FUERTE IMAGEN PAÍS.
Las exportaciones locales hacia mercados clave, como EEUU, están superando a las chilenas. Buenas perspectivas en relación a la fuerte imagen país.
A principios de este mes, 70.000 turistas descendieron en Mendoza, la capital argentina del vino, para el festival anual que marca el comienzo de la cosecha de la uva. Los habitantes locales llenaron las cimas que rodean al copado anfiteatro de la ciudad, para observar las danzas y el desfile de modas.
Tenían motivos para celebrar, en los últimos cuatro años, las exportaciones de vinos argentinos han aumentado su volumen en más del doble, y aumentado su precio en más del triple.
Hasta hace poco, la Argentina era considerada productora de vinos de baja calidad, por los enófilos. Un gran productor de vinos de mesa de baja calidad para los consumidores locales. Esto esta cambiando rápidamente, especialmente desde la devaluación en el año 2002. Las inversiones extranjeras han empezado a aparecer, y las exportaciones son un boom. Esto es debido, en parte, a la llegada de productores vitivinícolas extranjeros, y además de la marcada mejoría de la calidad.
Hoy en día los mismos argentinos toman cerveza, y vinos finos finos.
El vecino argentino, Chile, se transformó en un importante exportador de productos vitivinícolas una docena de años antes que la Argentina y corre con una ventaja bastante grande aún.
Uno podría pensar que Argentina debería estar ganando esta batalla, sin siquiera pensarlo. Es el quinto productor vitivinícola a nivel mundial, y cuenta con interminables cantidades de tierra apta. Los productores vecinos envidian la uva Malbec, que produce un vino con un rojo potente, que se ha hecho conocido en todo el mundo.
Los blancos; frescos y perfumados, hechos con uva Torrontes, principalmente en la zona de Salta, son igualmente distintivos y menos complejos de producir, según un informe publicado en The Economist.
En contraste, los chilenos exportan variedades comunes, como el Cabernet-Savignon y el Chardonnay, que son comúnmente producidas en el mundo entero. La única variedad especial es Carmenere, de la que se obtiene un vino cuya elaboración requiere un proceso más complejo.
La exportación desde Argentina a Estados Unidos está creciendo más rápido que las chilenas. Esto puede darse porque: sus vinos están llenos de sabores frutales que son del agrado de los norteamericanos. El wine spectator, la Biblia para los enófilos norteamericanos, calificó con más de 90 puntos (con un máximo de 100) a 172 vinos argentinos, mientras que sólo recibieron esa calificación 138 de chile.
El mejor vino de Achaval- Ferrer, que cuesta $120 la botella, originaria de un viñedo local, percibió una calificación de 95 puntos.
Pero Chile también cuenta con sus puntos fuertes. Un mar de variedades de Terroirs, que crece en valles recluidos, a los que la brisa fresca del Pacífico permite los vinos blancos y tintos. El año pasado, el Wine Spectator calificó con un 96 a Don Melchor 2003, el mejor Cabernet de Concha y Toro, la empresa más grande.
La mayor estabilidad económica de Chile también ayudó. "Cuando se trata de vinos de calidad, uno necesita entre 15y 20 años para ver a su inversión madurar" dice Aníbal Aristía de la principal asociación de los vinos. Desde 1995, la zona cultivada con uvas en Chile ha duplicado su extensión hasta las 100.000 hectáreas. (250.000 acres)
En Argentina, la extensión territorial ha permanecido sin cambios mientras que se mejoró la calidad del vino, según The Economist.
Es posible que la ventaja chilena radique en su vocación exportadora. Su red de acuerdos de libre intercambio han ayudado, así como también la no siempre positiva cobertura de los medios masivos de comunicación que los mismos han generado en países importadores. Las exportaciones chilenas a Corea del Sur explotaron cuando los granjeros locales protestaron contra un nuevo acuerdo de libre intercambio.
Los Vinos de Chile, un cuerpo de intercambio, abrió una oficina en Londres en 2002. A partir de ese hecho surgió la noción de un mercado compartido en Inglaterra (el importador más grande de vinos del mundo) han aumentado sus valores entre un 5 y un 7%, según comenta Ricardo Letelier, su gerente general. Planea abrir una oficina en Estados Unidos y tiene la esperanza de impulsar las exportaciones mundiales a un 1.2 billones de dólares para el 2010, con la mayoría del crecimiento proviniendo de los precios más altos.
Aún así, paradójicamente, el marketing es el lugar donde Argentina tiene un punto de vista que aún no ha explotado. Chile se ha construido una reputación por ser confiable, con vinos de buenos valores.
Pero sus hombres de marketing se preocupan de que su habilidad para los altos precios sea limitada por la falta de una imagen de solidez a nivel país. "Argentina tiene el tango, Evita y Maradona, Chile no tiene un equivalente" concuerda Patricio Tapas de Wine and Spirits, una revista neoyorquina. Mientras que los productores de vinos de Argentina deben aún integrarse en un cuerpo único de intercambio, la industria chilena abrió una oficia en Londres el año pasado."
Las exportaciones de ambos países- especialmente las de Argentina- han estado creciendo. Pero no van a triunfar todos los productores. Los productores chilenos pelean con una moneda fuerte (resultado de los altos precios del cobre). El Sr. Letelier reconoce que la mayoría de los 150 exportadores apenas y pueden cubrir los costos en este momento. El mercado local -más pequeño- les sirve de colchón, mientras algunos han decidido diversificar y han invertido en Argentina.
Los productores de vinos de Argentina se enfrentan a problemas más severos. Los records en las ganancias han atraído una inundación de la nueva inversión. Pero la inflación (de dos dígitos) ha causado que tanto los sueldos costo de los ingresos vuelen.
José Manuel Ortega, de O. Fournier, un viñedo español en Mendoza, reconoce que el costo de construir un viñedo se ha cuadruplicado a valor dólar desde el 2002.
Un impuesto del 5% en las exportaciones de vinos y una falta de interés de parte del gobiernos en los acuerdos de intercambio también constituyen un obstáculo. Esto apunta hacia un sacudón venidero: solamente Mendoza cuenta con más de 800 productores individuales. Pero por ahora, tanto la variedad como la innovación continúan triunfando a ambos lados de los Andes.
FUENTE: INFOBAE