Con una primavera generosa en lluvias, las pasturas en las zonas de engorde son exuberantes. Así, existe un incentivo adicional para que los novillos sigan ganando kilos en el campo. No hay misterio: eso es lo que explica una menor oferta y una fuerte presión sobre los precios. La incidencia de la carne es de 4,5 puntos en el índice costo de vida y cualquier movimiento impacta sobre la inflación. Las alarmas están encendidas. Clarín pudo confirmar ayer en Economía que este jueves volverán a limitar en 30% las exportaciones de carne, además de flexibilizar el peso de faena para evitar nuevas sorpresas con los valores de la carne. Este mes el kilo vivo trepó 15% y si bien aún no se nota en las carnicerías, Alberto Williams, vicepresidente de Asociación de Propietarios de Carnicerías, abrió el paraguas y señaló que "puede ser inevitable" un aumento de precios. La idea de poner otro cepo a las ventas externas fue comunicada a las entidades de productores y a los frigoríficos. Para los ganaderos es una noticia con gusto a sal y los más díscolos impulsan un nuevo paro contra el Gobierno. Después de la prohibición total de las exportaciones del último marzo, los embarques se fueron liberando de a poco y actualmente se realizan casi sin restricciones. Esto sucede cuando la demanda internacional está en su punto más luminoso. "El mundo se lleva todo lo que se le ofrece", señalaron en un frigorífico. Pero para garantizar el abastecimiento interno, recortarán las exportaciones cerca de un 30% respecto de los volúmenes embarcados en los últimos meses. Economía eliminará todas las excepciones al cupo actual del 50%. Esas excepciones están vigentes para los cortes traseros del novillo pesado, la vaca conserva, la carne cocida y la cotizada Cuota Hilton. A partir del mes próximo, solo podrán exportarse sin limitaciones las menudencias. La decisión oficial es que el volumen mensual de exportaciones no supere las 45.000 toneladas equivalentes res con hueso (cerca de 30.000 toneladas de carne) entre diciembre y marzo. En setiembre pasado, con las excepciones, llegaron a venderse 65.000 toneladas res con hueso. Los distintos protagonistas de este negocio creen que hay otras alternativas y le reprochan al Gobierno no haber instrumentado el sistema de venta de carne por cortes que prometió a principios de año. La idea era destinar cada corte allí donde más se lo requiera, en vez de seguir comercializando por media res con la paradoja de que en los barrios ricos se subsidien los cortes más populares, porque son los de menor salida. En los barrios pobres sucede al revés. Según un estudio de la secretaría de Agricultura, las carnicerías concentran del 35 al 40% de la venta de carne y sólo en la Capital Federal, el 60%. Es en este tipo de comercios donde gravita la manera tradicional, basada en la distribución de la media res. Esta semana, además, promete ser muy movida. Anoche el mercado de Liniers informó que está previsto un ingreso de entre 3.000 y 4.000 cabezas para hoy, lejos del pico de 10.000 vacunos de los lunes de invierno. Fuente: Clarin